The most beautiful woman in this world!!!!!

My name is aloisa, and i bring sweet perfumes and love to sad ladies...
Presentamos una breve biografía de la pintora y escritora Carmen Mondragón, mejor conocida como Nahui Olin y no es que su vida sea ejemplar o sea un arquetipo, pero es de notar que no es exaltada como un icono CULTURAL, ni por su belleza física, poética y plástica. No lo es porque en los últimos años de su vida, propiamente desde los años cincuenta, aborreció a toda la izquierda en su conjunto, asignándoles los epítetos más despectivos. Y de cualquier forma este no es un espacio para juicios sobre la vida moral de cada cual. Debemos dejar en claro que las sentencias morales las dejamos a un lado. No es nuestro estilo. Y aunque sea lo que fue, una pintora cercana a lo nuestro.
¿Qué admiramos en ella? Ser hija de un militar comprometido con Victoriano Huerta. Haber sido la mujer del sublime Dr. Atl. El amor a los animales que demostró al final de su vida. En especial, sus pinturas y sus poemas.
Los primeros apartados no dejan duda de nuestro carácter schopenhaueriano... lo demás es ya un juicio critico.
También la incluimos en este número de UR porque frente a la exaltación de las figuras como Kahlo, oponemos que hubo otras muchas mujeres con cualidades artísticas que son ninguneadas sólo por no morir en los brazos de la siniestra.
He aquí la semblanza.
Carmen Mondragón nació el 8 de julio de 1893 en la Ciudad de México. Su madre se llamaba Mercedes Valseca, de la cual se conoce poco. Su padre, Manuel Mondragón, se dedicaba al diseño de artillería y fue secretario de Guerra y Marina en el gobierno de Victoriano Huerta, del cual fue una admirador total.
De muy pequeña viaja a Francia, donde recibía la típica educación de artes y cultura común en las familias acomodadas. Desde su infancia comenzó a mostrar una personalidad sumamente creativa, la cual se refleja en sus primeros escritos y pinturas, con un carácter fuerte e impulsivo hacia la búsqueda de nuevas experiencias.
A los 19 años le dijo a su padre su gusto por un cadete, Manuel Rodríguez Lozano, y se casó con él, el 6 de agosto de 1913, en plena Revolución Mexicana. La pareja viajó a Europa, debido a que el general Manuel Mondragón, participó en la Decena Trágica, por lo cual fue desterrado. Durante los siguientes años (1913-1921) se conoce poco sobre la vida de la pareja, Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, viajó a España, donde residieron hasta su regreso a México.
En esa época Manuel Rodríguez Lozano ya había abandonado su carrera de militar para dedicarse a la pintura. Se dice que Carmen se embarazó, pero el niño murió a los pocos días. Respecto a esto hay distintas versiones, una de las cuales refiere que Manuel Rodríguez asegura que Carmen asfixió al niño en un momento de locura. lo cual es incomprobable. También se dice que ella perseguía a Manuel, sólo para calmar sus impulsos sexuales y que el no le correspondía, incluso que era homosexual. Todo este conflicto provoca que Carmen, al regresar a México en 1921, decida divorciarse, pero sus padres lo impidieron.
Una vez en México, Manuel Rodríguez Lozano conoció a Abraham Ángel, de 17 años, el cual se hizo su aprendiz de pintor. De esta relación, se dice por las cartas escritas de Lozano a Antonieta Rivas Mercado, que Abraham se enamoró de Lozano y que el sentimiento era mutuo. Al final, Abraham Ángel se suicidó, supuestamente por despecho, con una sobredosis de heroína.
Carmen Mondragón conoció al Dr. Atl, Gerardo Murillo, en una exposición suya, y posteriormente lo visitó en su casa. A partir de ese momento surgió una historia de pasión escrita, que duró más de doscientas cartas. Carmen en esta época desafía toda la "moral" y "buenas costumbres" de aquel tiempo, que disfrazan la libertad sexual de las mujeres. Rompió con esos esquemas, creando escándalo, controversia y rechazo por parte de familiares y amigos. Atl y Carmen pronto iniciaron una intensa relación amorosa.
Gerardo Murillo tenía tiempo de haberse cambiado el nombre a Dr. Atl (doctor agua), debido a una experiencia sufrida abordo de un barco. Siguiendo con su costumbre, le cambió el nombre a Carmen, llamándola Nahui Olin (fecha calendárica mexica, que se refiere al movimiento renovador de los ciclos del cosmos). Ella se apropio de este nombre y así se refería a él: "mi nombre es como el de todas las cosas, sin principio ni fin y, sin embargo, sin aislarme de la totalidad por mi evolución distinta en ese conjunto infinito, las palabras más cercanas a nombrarme son Nahui Olin. Nombre cosmogónico, la fuerza, el poder de movimientos que irradian luz, vida y fuerza. En azteca, el poder que tiene el sol de mover el conjunto que abarca su sistema"
Entre todos sus momentos de pasión comparten actividades como pintar, escribir y hacer el amor, llevándolos a vivir intensos años de trabajo creativo. Ella se caracteriza por pintar en el estilo naïf imágenes típicas de la sociedad y la cultura mexicana, tales como pulquerías, portales, festejos, etc... José Vasconcelos, entonces secretario de Educación, fomentó el muralismo en México.
Con el tiempo y las decepciones amorosas Nahui fue quedándose sola. Comienzó a dedicarse más a la escritura y publicó Energía Cósmica. Asumió una faceta de compositora detrás de su piano. También se dedicó a prácticas esotéricas, realizadas con base en la energía, y asumió así su nombre como tal.
En 1945 participó con cuatro pinturas en una exposición colectiva en Bellas Artes, junto con José Clemente Orozco y Pablo O´Higgins, entre otros. Después de esta exposición Nahui emprendió su camino hacia el silencio.
En los últimos años, Nahui vivió en el centro de la Ciudad de México, rodeada de gatos, apartada de todos y vendiendo fotografías, pequeñas pinturas, para poder dar de comer a sus gatos y a ella misma. Trabajaba de maestra de pintura de una escuela primaria nocturna. Nahui se consumió y aisló cada vez más en su mundo cósmico, sus gatos, su escritos y su Alameda Central. Asumió su vejez. Cayó y se rompió la clavícula, por lo que sufrió una úlcera y una operación. Pidió a sus sobrinas que la trasladaran a la recámara donde nació y el 23 de enero de 1978, Carmen Mondragón, Nahui Olin, cerró por siempre sus bellos y enormes ojos verdes.
Como tantos, no tendrá películas, ni una casa de la cultura llevará su nombre, ni sus pinturas serán vendidas como souvenir a los turistas, ni tampoco se le hará monumento alguno...su pecado, para los gurús de la cultura, no fue el de la carne, sino el haber despreciado a la siniestra.
Para nosotros, su estética es lo que la hace valer hoy y a futuro.
Independiente fui, para no permitir pudrirme sin renovarme; hoy, independiente, pudriéndome me renuevo para vivir. Los gusanos no me darán fin -son los grotescos destructivos de materias sin savia, y vida dan, con devorar lo ya podrido del último despojo de mi renovación- Y la madre tierra me parirá y naceré de nuevo, de nuevo ya para no morir...